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¡Subí el Chirripó!

Esta es la recopilación de mi experiencia subiendo el cerro más alto de Costa Rica el Chirripó con 3820mts sobre el nivel del mar, una historia que merece ser expuesta y contada. Les contaré sobre la preparación previa, la experiencia en sí y recomendaciones que me ayudaron en la aventura.


La parte de la logística previa siento que solo les puedo recomendar a Camintas al Chirripó ya que prácticamente solo tuvimos que confirmarles las fechas y hacer el pago para apartar el espacio que tanto cuesta reservar. Una vez confirmadas las fechas y hecho el pago no hay vuelta atrás, o lo haces o perdés la money. Así que la inversión era una buena señal inicial de compromiso y visión para la preparación.


Durante el mes de diciembre seguí con mis clases normales de Telas (danza aérea) incorporé a mi rutina de Yoga ejercicios de fortalecimiento de cuadriceps, sentadillas isométricas y sentadillas para fortalecer los abductores y aductores. En cada ejercicio de mantener la postura y respirar sabía que estaba entrenando mi mente para traspasar toda limitante que pudiera llegar a la hora de subir la montaña. Hubo un intento de subir Pico Blanco que estuvo bien, sin embargo andabamos con los perros y Bren no se sentía muy bien ese día así que llegamos hasta cierto punto y nos devolvimos.


Mi diciembre cerró con acampar en Punta Marenco (una playa entre Bahía Drake y Corcovado) fue un buen entrenamiento de supervivencia y activación del fuego al pasar todo el día en movimiento, fuerza y acción.


Llegó enero y con él la ansiedad de que estaba a solo 19 días de subir el cerro más alto de este país. Llegaron las dudas de si realmente estaba preparada o me había comprometido desde el impulso y no desde la razón. Llegó el miedo de qué pasaba si me llegara a doler tanto la rodilla que no pudiera seguir caminando, el miedo de que me diera asma allá arriba y no pudiera controlar el frío. Me vi en un túnel de miedos y lo único que me podía sacar de ahí era la estructura, volver a mi centro, respirar, alejar la ansiedad con preparación y autoconfianza.


Decidí que iba a empezar a caminar en el barrio al menos 45 minutos todos los días con Puchi (mi perra es mi coach) para una astróloga que pasa en su oficina atendiendo o estudiando era salirme de mi zona de confort. Normalmente entreno solo en casa en mi yoga mat, camino en el parque todos los días con mi perra, pero ya salir a las calles de San Pedro como que no me llamaba mucho la atención. Lo hice y descubrí que en realidad es un barrio bonito para caminar, además tengo la UCR demasiado cerca, a friendly spot para conectar con árboles y cierta naturaleza.


Me apunté para una de las caminatas que organiza El Brujo Tours, solo vi cuando era la más cercana a la que podría ir para entrenar caminar en la montaña y me mandé a subir el Mirador el Cedral, es el cerro más alto de Escazú. La caminata decía nivel Avanzado, sin sentirme totalmente alineada con la categoría les confirmé que estaba super bien a nivel físico y sin saber a qué iba le llegué.


Un par de días antes mi tía me dio unos zapatos de montaña Hi-Tec que nunca estrenó y me quedaron perfectos. Parte de las recomendaciones del Chirripó es no ir con zapatos nuevos, así que esta era mi oportunidad para ver que tal este calzado en mi anatomía y en la montaña.


La luna en cuarto creciente en Aries era el boost de energía que necesitaba, la energía masculina brotaba en el grupo, dos guías varones marcaban el ritmo y el grupo brotaba su experiencia en cada poro, yo respiraba para traspasar mi mente y seguir subiendo sin descanso. Ese día hasta probé las medias, sí porque hasta en eso quería asegurarme de que sería pura comodidad, las que andaba puestas no pasaron la prueba y por dicha andaba otro par para cambiarme y bajar en paz. Este tour se los super recomiendo si están entrenando para subir el Chirripó la verdad es que me sirvió para quitarme miedos, probar equipo y acelerar mi ritmo cardiaco. Al llegar al mirador te dan un sanguche y un agua dulce que promete demasiado.


Volví con un ligero dolor de rodilla que me quité con hielo y movilidad. Esto encendió mi alarmita a de fijo llevar una rodillera en caso de que me molestara la rodilla izquierda y de fijo seguir fortaleciendo las piernas en los 9 días que me quedaban. En estos días continué con las caminatas en el barrio, mis ejercicios en el mat y las clases de telas para equilibrar la fuerza en el tren superior.


Ahora la ansiedad de hacer la maleta, alistar la ropa, el botiquín, las meriendas y conseguir los elementos que no tenía para que no me faltara nada allá arriba. Para este punto ya mi novia se había bajado del barco, decidió que no era su momento en este momento, ahora ella me apoyaría desde la banca. El grupo original era Vane, Abi, Bren y yo. Días previos Abi nos ofreció hacernos una sanación pránica para subir ligeras, si algo me daba tranquilidad es que estaba subiendo con un par de brujas de calidad. Me conecté con Abi por zoom y ella hizo sus rezos, su magia, su limpieza por cada uno de mis chakras y cortó con todo cordón de limitación que encontró. Recibí la sanación, estaba ligera, sin miedos, sin ansiedad para subir y poder disfrutarlo.


El tema de la ropa fue super importante. Me puse a ver varios videos de qué tipo de sweaters son los que se necesitan y me di cuenta que yo no tenía nada de eso, por allá una licra para invierno, gorros y hasta ahí. Mi amiga Vale me salvó en ese sentido, me ofreció ropa térmica, guantes, una jacket impermeable y al final hasta el foco de cabeza me terminó prestando. La jacket de plumas me la pudo traer mi mamá de El Salvador, muchas personas me dijeron que no era tan necesaria esa jacket específicamente pero me gustó porque era super liviana aunque solo la necesité para hacer cumbre y ya era de noche.


Lunes 17 de luna llena en Cáncer me fui al super a comprar mis snacks y a la farmacia para las pastillas que podría necesitar y demás elementos del botiquín. Nos reunimos por zoom para ver los últimos detalles para concretar horarios de salida y repasar las actividades. Vane aún en Lima, Perú, llegaba a Costa Rica hasta el martes por la tarde.


Martes 18 Urano arranca directo, si vieron el video del mes de enero, en esta parte hablo que puede traer sorpresas, cambios y esperar lo inesperado. Como sabía que esa semana subía el Chirripó sabía que podía traer cambios colectivos, no sabía que tipo de cambio iba a traer o a qué sorpresa nos podíamos enfrentar. Sinceramente me esperaba algún movimiento de la tierra como algún temblor o derrumbe en la montaña que nos cambiara los planes, de hecho esa semana el Turrialba estuvo haciendo de las suyas y cayó ceniza en el valle central. También me imaginé que podía ser alguna restricción por covid que nos moviera los planes.


Con Urano es mejor ni hacer predicciones, porque no se sabe cómo se moverá todo. La sorpresa fue de parte de Vane, llegó con una alergia en su tobillo que no le permitía ponerse zapatos, era un riesgo muy grande que empezara a subir así y a medio camino se le inflamara mucho más. La segunda baja del equipo de 4. Así que 1 día antes de partir reorganizamos (recuerden que mercurio también está retro dentro de toda esta aventura) iremos en mi carro y será una aventura entre Abi y yo.


El miércoles salimos 10:30am para Perez Zeledón para hacer los 3 registros, el primero en las oficinas del MINAE donde confirmás los días que vas y te dan el brazalete para andar legal dentro del parque. El segundo fue en Caminatas al Chirripó que fueron las personas que nos hicieron todas las reservas del viaje y nos recapitularon el itinerario y lo que incluía nuestro paquete de 2 noches 3 días. El tercer registro es en el Consorcio que aquí es donde confirmás el menú de comidas que harás en Base los Crestones y dejás el bulto que sube con los arrieros con el equipaje y la ropa de frío básicamente. Te cobran por kilogramo así que tampoco es mucho lo que podés llevar, algo me que me hizo muy feliz es que llevaba una botella de Sula Kombucha y no hubo ningún problema, solo la envolví en una bufanda y llegó perfecta.


El último lugar ya para pasar la tarde y dormir antes de subir en la mañana es el Hotel Urán. Este es un hotel que literal queda a los 50mts de la entrada al parque así que muchas personas se quedan aquí la noche antes de subir. También las personas al bajar llegan a este lugar para ducharse y almorzar tras descender. Así que te encontrás las 2 caras de la moneda, las personas en su momento previo a subir, entre relajadas y ansiosas, y la gente que recién llega con su cara de cansancio y satisfacción de haberlo logrado.


Abi me propuso antes de dormir hacer una meditación para intencionar nuestra subida con la bendición de todos los seres de luz. Normalmente no tengo problemas para dormir fuera de casa, no sufro de insomnio y con unas cuantas respiraciones logro conciliar el sueño. Había leído lo importante de descansar la noche antes de subir, pero no fue mi escenario, aunque maneje 3 horas y media, hice ejercicio antes de salir y había meditado antes de irme a la cama no logré relajarme. No dormí corrido, lo poco que dormí pasé con pesadillas que no eran mías, a las 4:20am cuando sonó la alarma salí liviana de la cama a bañarme y alistarme para lo que sería esta gran aventura.


En realidad me sentía bien, no estaba cansada y no le di importancia a mi falta de sueño. Desayunamos a las 5:40am dejamos las últimas cosas en el carro, bloqueador, cargamos agua, agarramos los palitos y empezamos a subir a las 6:00am con la luna acompañandonos.



La recomendación de los primeros 2km es ir lento pero seguro, ir viendo cómo reacciona tu cuerpo a las primeras cuestas, ir calentando tobillos, rodillas, músculos, ir escuchando como cambia la respiración, entrar en calor, ir quitándose la Jacket y por algo le llamar el Termómetro.


Este es el momento donde me empiezo a poner escatalógica pero es mi realidad. Soy súper alérgica y los mocos son parte de mi vida diaria, solo cambiar el ritmo cardíaco y la temperatura de mi cuerpo hacen que los mocos empiecen a bajar. Iba preparada con un pañito a mano para limpiarme y no perder tiempo en detenerme para sacar Kleenex o lo que sea. El día que subí el Cedral andaba sufriendo porque me llevé un paquete de Kleenex que me gasté solo en la subida y terminé con la nariz rota de tanto limpiarme, así que esta vez me preparé con un pañito de tela suave y fue un éxito.


Si sos tan alérgica como yo, vas a eliminar este factor como una limitante, es solo parte del ride de tu instrumento. Eso sí, sácalo no te dejés nada adentro, al final es puro fluido transparente que sale como parte de la purificación. El moco es trauma acumulado, es importante darse el espacio para sacarlo, agua de mar, jala neti, cardio, inversiones, flexiones, vapores, aceites, hierbas, agua tibia con limón, terapia y así.


Soy asmática desde los 3 años. Sé lo que es tener que nebulizarse, usar bombita porque te estás ahogando, sentir que te falta el aire y valorar lo que es respirar en paz. Después de tantos años de que sea mi maestra, tenía claro que para este reto ella estaría presente en los primeros kilómetros y después se iría. Sabía que sería pasajera, así que la escuché, la sentí, recibí su mensaje, expandí mi pecho, mis intercostales y seguí caminando. Al kilómetro 2 desapareció, mi respiración se había normalizado y ya no había más sonido de pito acompañándome.


La entrada oficial al Parque Nacional es al 4to km donde de fijo nos tomamos foto e hicimos una parada de agua, snacks y fruta. La siguiente parada fue en Llano Bonito en el 7km esta parada es importante hacerla, aquí podés ir al baño, recargar agua y comprarte una tortilla con queso recién hecha (en serio es deliciosa). Hasta este punto de la caminata todo es bastante llevadero y tenés energía para seguir.


A partir del 8km se pone intenso el camino, la Cuesta del Agua, se llama así porque en invierno con la lluvia es una bajada de agua casi como catarata. No me extraña que sea el número 8 si lo ligamos a la astrología sería el signo Escorpio, elemento agua, profundo, intenso y definitivamente te transforma. A partir de este km te empiezan a acompañar un zumbido de mosquitos alrededor de la cabeza, algunos más grandes que otros algunos más acosadores que otros y el sonido bzzzz como parte de la sinfónica natural del camino.



Constantemente Abi y yo hacíamos check in de cómo íbamos, si ocupabamos agua, cambiar algo, revisar pies, zapatos y energía vital. En un momento Abi me hace la pregunta si alguna vez me habían enseñado a tomar energía de los árboles. La escuché con curiosidad y aprendí de inmediato de mi maestra. Ponés la mano en el árbol y le pedís que te regale un poco de su energía solo si le sobra, sino no. Recibimos desde el contacto palma-tronco, ojos cerrados y full conexión con la respiración. Llevás esa mano al corazón, agradecés y listo podés seguir caminando después de ese regalo energético.


Abi es sagitaria ascendente escorpio, brilla en la aventura, se expande en medio del riesgo, percibe la energía e interpreta con su intuición la mejor decisión. Tiene su sol, su luna, su mercurio y marte en sagitario. Mi venus y nodo norte en sagitario, matcheaban para juntas crear todo un stellium de energía sagitario expansiva, viajera, de aprendizaje, crecimiento y deseo de traspasar todo límite mental o físico.


Los momentos en que podíamos conversar, que el camino lo permitía por supuesto que nos poníamos a filosofar. Dos ascendentes escorpio se abren solo si realmente es un espacio seguro y de confianza, las profundidad de nuestras conversaciones revelaban que ahora ya no éramos 2 desconocidas. Compartir una experiencia de supervivencia transforma el vínculo a uno mucho más íntimo.


Aparte de las conversaciones profundas y místicas teníamos cápsulas de aprendizaje. Ella me enseñaba de la energía y la naturaleza, hacíamos paradas para ver el prana de la pachamama, a que mirara un punto fijo para ver el aura de la montaña. ¿Por qué no nos enseñan esto en las escuelas desde niñes? Luego cambiamos de rol, yo era la profe y ella escuchaba y preguntaba con atención. Le expliqué sobre la revolución solar, sobre el movimiento de los planetas, sobre las generaciones que se crean con los planetas que se quedan mucho tiempo en un mismo signo, de mis aprendizajes más profundos y lo místico que es sanar el árbol y la genealogía astral.


Sin saberlo sin planearlo hacíamos un gran equipo. Mantuvimos el optimismo, la alta vibración y la humildad en todo momento. Este centro energético es muy poderoso, se sube pidiéndole permiso, entregándole respeto, bajando la cabeza para estar muy presente y con devoción para recibir su sanación.


De pronto salís a la luz, cambia la vegetación, se van los árboles, los abuelos, sus barbas y llegás al cielo. Estás a los 3000mts sobre el nivel del mar, las nubes son una cama extensa que cubre el bosque, el cielo es celeste, el sol y la baja vegetación te cuestiona si estás en un desierto o en la montaña. Desaparecen los mosquitos y aparecen las salamandras. Animal arquetípico en las cartas de Tarot como representante del elemento fuego. Reforzamos el bloqueador solar y llegamos al km Los Quemados. Un sendero tranquilo y suave al igual que El Jardín.




Estás a punto de llegar a la base Los Crestones pero antes hay que subir la cuesta de los Arrepentidos, evidentemente por algo se llama así. La poca motivación de su nombre requiere el último esfuerzo físico, mental y emocional. Es dura, durísima, pero no había de otra más que apagar la mente, respirar y seguir. La empezamos a subir a la 1:30pm (se imaginarán el sol) y llegamos a base los Crestones a las 2:30pm. Le ganamos, lo logramos.


Al llegar a la base firmás el libro de actas, recogés tu bulto que llegó con los arrieros y te asignan una habitación. ¿Pueden creer que nos tocó una habitación en el segundo piso? O sea subir gradas una vez más. Las habitaciones son 4 camarotes tienen su propia puerta y llave. Como originalmente nuestra reserva era de 4 teníamos el cuarto para nosotras. Los baños son compartidos y la ducha helada como tanto se habla.


Decidimos bañarnos de primero, como aún estabamos calientitas no se sintió tan re fría el agua. Super importante que el agua fría caiga un rato en cada rodilla, tobillos y muslos. Debo decir que hasta en esto me entrené, los 10 días antes de subir me bañé solo con agua fría para contrarrestar el impacto, funcionó. Cambio a la ropa caliente, almorzamos, dejamos la maleta que sale con los arrieros pesada y tomamos lo que necesitábamos para ir hacer cumbre.


Salimos tipo 3:50pm para el cerro Chirripó. El letrero decía que eran 5.1km creíamos que era lo mejor, hacer cumbre de una vez, ir a ver el atardecer y no levantarnos en la madrugada como hace la mayoría para ver el amanecer. Dejar el día siguiente para el descenso. Salimos de nuevo optimistas, empoderadas y convencidas de que teníamos la energía para llegar hasta allá.


Hasta la base los Crestones el reloj y el celular nos marcaron 18km lo cuál es curioso porque son 14km según el Chirripó. Así que sabíamos que de fijo eran muchos más km llegar a la cumbre. La luz de la tarde bañaba todo el Valle de los Conejos. Al rededor se ven muchas montañas pero no entendía cuál de todas las que veía era el Chirripó. El camino nos alejaba de los Crestones y después de mucho caminar se abro en medio de las montañas y se empezó a asomar al fondo lo que sería el Cerro Chirripó. Tan cerca y tan lejos.


Aprovechamos la luz del atardecer para colocarnos una capa más de ropa, cambiar la gorra por el gorro, ponernos el foco de cabeza, tomar agua y seguir caminando. El atardecer fue increíble, los colores rosados, morados y naranjas en el cielo. De pronto ves la laguna con el atardecer en medio de 2 montañas que dejaste atrás. El sol intenso se va despidiendo, la temperatura baja y nos vamos acercando al cerro con muy poca luz.



Empezamos a subir el cerro y la poco luz nos hizo cuestionarnos si seguir o parar. Logramos llegar hasta el cerro pero decidimos no seguir subiendo, estabamos satisfechas hasta ese punto, lo logramos, estamos completas. Abi me vuelve a ver me felicita y nos abrazamos, wow qué momento. Tomamos fotos y nos colocamos la 3ra capa, la jacket de pluma, los guantes y encendimos el foco de cabeza. Le agradecimos a la montaña y a los seres de luz les pedimos que nos acompañaran y protegieran de regreso a la base. Salimos a las 6pm.


De pronto las estrellas empezaron a aparecer, caí en consciencia de que estábamos solas en medio de la nada, el cielo estrellado nos bañaba con la inmensidad del cosmos, los sonidos de animalitos que se escondían antes de poderlos ver. Ahí me di cuenta de que mi mayor miedo era caminar de noche. Quería que Abi fuera adelante mío todo el tiempo, quería caminar rápido pero no siempre lo lograba por la dificultad del camino. Quería ya quitarme los zapatos, las vendas de espadarapo que tenían mis talones y metatarsos, quería llegar a salvo y decirle a mi novia que ya estaba en zona segura.


Me di cuenta de los pensamientos que puede desatar el miedo y la imaginación, a ratos no veía a Abi tan cerca y me preguntaba y ¿si no estoy siguiendo a Abi? y ¡si estoy siguiendo otra cosa! luego bajaba el ritmo cardíaco y me decía obvio no, todo está bien loca. Luego a minutos de llegar a la base se me abre el zapato, la mitad de la suela del zapato derecho estaba abierta. Agarramos el espadarapo que por suerte era grueso y lo envolvimos como si fuera un masking tape. Al menos solucionó para que llegaramos al refugio a dormir.



Al llegar al Refugio uno de los guarda parques nos saluda con asombro ¿uds andaban allá arriba muchachas? uyy llegaron apenas. 8:15pm. Uno de los chef nos pregunta ¿uds tenían cena? Teníamos le responde Abi con risa triste. Amablemente se mete a la cocina y nos dice que ya desecharon la comida pero que nos podía dar un par de agua dulce. No nos hizo tanta falta cenar, ya solo queríamos descansar.


El siguiente Uranazo fue darnos cuenta que el cuarto de las maletas estaba con llave, no podíamos sacar la pijama. Lo soltamos e improvisamos, algo de ropa teníamos arriba y de eso se trata la vida de hacer con lo que se tiene a mano en el momento. Nos tiramos 2 cobijas encima y nos metimos a la camita. De nuevo no puedo dormir, mi cerebro está directo, mi cuerpo está relajado pero no me puedo entregar a morfeo. Descansé algunas horas con sueños interrumpidos. ¿Pueden creer que soñé que José María Villalta sacaba una cita conmigo para lectura de su carta?


Siento que utilicé el cortisol de la forma correcta, estaba en estado de alerta, el stress al que llegué durante el día no me permitió dormir de nuevo, sin embargo no me afectó en lo absoluto, era más la adrenalina que el cansancio.


5:30am suena la alarma Abi y yo nos levantamos a arreglar el bulto que bajaría con los arrieros, aquí también llegamos apenas ya estaban los caballos llegando mientras hacíamos los cambios. Aquí celebro que tenía mis botitas de hule para bajar. Super importante tener otro calzado que te sirva por si algo te pasa o querés cambiar. Desayunamos a las 6:00am en paz reflexionando la noche de anoche.


En el comedor ves a las personas que van llegando que salieron de madrugada para ver el amanecer en el cerro. Escuchás la dinámica entre los trabajadores de cuando les toca subir o bajar en la semana. Personas ya listas para bajar y algunos que siguen la aventura de explorar. El gallo pinto es delicioso y el café hay que tomarlo rápido porque se enfría.


Nos alistamos con todo el ritual previo para la caminata de horas. Cofal para rodillas y muslos, rodillera, espadarapo en los talones, metatarsos y deditos, bloqueador, una trenza, la gorra, los palos y vámonos. Aproveché la luz de la mañana para hacer algunas fotos de la Kombucha y los Crestones de fondo. Hicimos nuestros ejercicios de movilidad y calentar antes de empezar. 8:00am y a 7 grados nos despedimos de este mágico lugar, ahora tocaba hacer lo mismo en sentido reverso.


Del regreso les puedo contar que una cosa fueron los primeros 7km y otra completamente los siguientes 7km de Llano Bonito a la entrada del parque. En especial los últimos 4km. Hicimos la parada en Llano Bonito para la mandarnos una tortilla con agua dulce. La realidad es que nos enfriamos y el cansancio ya se asomaba a pleno. Es una locura ver por todos los lugares que pasaste y que subiste, el montón de kilómetros, el montón de paisajes y micro climas por los que pasás.


El DMT natural. Llega el momento donde estás tan conectada con tu cuerpo, tu respiración, el drishti (el punto focal) hacia el suelo, la conexión directa con la naturaleza que de pronto levantás la mirada y ves otra frecuencia de la pachamama. Está viva se mueve, respira, se ondula, baila, vibra y por unos minutos podés acceder a otro plano de vibración. Es el dmt natural. El momento piscis donde estás en total conexión con el todo y la toda, donde sos creadora divina, unidad y disolución al mismo tiempo. Un regalo que jamás voy a olvidar.


Aceleramos algunos metros para ver si al fin ya salíamos los últimos 4km se nos hicieron eternos, no podía creer que el día anterior había caminado por ahí como si nada, mucha piedra en descenso y poca tierrita suave para apoyar los talones. Un tip recomendado por el hermano de Abi que pudimos comprobar es al bajar, al colocar el pie en vez de apoyar de primero la punta, apoyar el talón, se siente al principio extraño pero es buenísimo para reducir el impacto en las rodillas.


Salimos oficialmente del sendero del Parque y llegamos de nuevo al Hotel Urán a las 3:30pm donde está el carro y tenemos derecho al almuerzo y a un baño. 7horas y media bajando 18km. Bañarse promete demasiado se los super recomiendo que reserven con Caminatas al Chirripó para que tengan esta opción al bajar. La última misión es ir al Consorcio por el bulto pagar por el servicio y manejar de vuelta a San José.


Un detalle importante. Desde el lunes me di cuenta de que era una gran posibilidad de que fuera a menstruar el jueves mientras subía o el viernes mientras bajaba. Iba preparada con mis toallas de tela, sin embargo definitivamente una no quiere estar en ese nivel de acción mientras recibe su luna. Lo dejé ser y me sorprendió que no me bajara. Antes de partir a San José pedí mi café para manejar, fui al baño y ahí estaba ella, me había esperado a que estuviera totalmente relajada para bajar. Una sorpresa y un aprendizaje más del cuerpo para guardarme del viaje.


El hermoso clima que nos hizo tuvo su punto de equilibrio en la manejada que sí tuvo lluvia, neblina y baja temperatura. Buena música y últimas reflexiones nos trajeron sanas y salvas a casa. Estoy demasiado feliz de que mi cuerpo haya respondido tan bien, nada de dolor de rodillas, nada de inflamación, nada de arratonamiento del que no te deja caminar, estaba en todas. Parece que todo el entrenamiento intuitivo que tuve aportó a que lograra esta misión.


Siento que todo lo que he hecho en mi vida me había entrenado para este momento. Recordé a mis profesores Atma, Keka llevando al límite mi cuerpo con entrenamientos intensivos de 4 horas seguidas de estudio de asanas. Recordé a mis profes de Teatro exigiendo mantener la energía al tope sin bajar, a mi profe amigo Janko con sus entrenamientos de teatro físico y explosiones de 10, 9, 8, 7, 6.... a todas las veces que quería salir de la plancha pero tocaba seguir respirando y mantener la postura.


Somos parte de un todo y una toda, somos la acumulación de experiencias y decisiones que nos transforman. Hace tan solo unos meses creía que era un reto demasiado grande para mí, que era de admirar que un ser humano lograra subir el Chirripó. Es super interesante cómo cambia la perspectiva tras afrontar los miedos, tras reconocer el poder que tenemos y al confiar en el plan mayor.


Subí rezando e intencionando sueños personales y colectivos. Reconociendo que soy parte de un sistema divino y si sigo mi misión y atiendo mi camino la sanación llega por consecuencia al tejido del que soy parte. Agradezco por el privilegio de tener salud y un cuerpo sano que me lleva a conocer lugares tan maravillosos como este. Sin duda una experiencia que quedará guardada para siempre en mi piel. Gracias por leer hasta acá, si te gustó, movió o sirvió esta entrada de alguna manera no dudes en compartirla, etiquetarme y comentar tu opinión.



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